• Una SuperLuna “azulgrana”

    Una SuperLuna “azulgrana”

    Una SuperLuna “azulgrana”

    2018 - Por: Diego Bagú

    Este 31 de enero se producirá una particular “coincidencia cósmica” por la cual la Luna será la protagonista indiscutida de la noche. Podríamos decir que los simpatizantes de San Lorenzo de Almagro están de parabienes ya que podrán jactarse de contar con una “SuperLuna azulgrana”. Lo que ocurrirá este 31 de enero es resultado de un conjunto de fenómenos los cuales nos permiten hacer referencia a una SuperLuna azul y roja. Así que vayamos por parte para entender lo que ocurrirá la noche del 31 de enero de 2018.

    Por una cuestión meramente pedagógica, comencemos por lo del color rojo, lo cual se debe a que esta SuperLuna estará eclipsada, es decir, tendremos un eclipse (“total”, en este caso) de Luna. Para que ello ocurra, el Sol, la Tierra y la Luna deben encontrarse alineados (en ese orden). La Luna atraviesa una zona de sombras (umbra y penumbra) provocada por nuestro planeta. Podría entonces pensarse que al momento de la fase total del eclipse, la Luna no llegaría a observarse de ninguna manera por encontrarse justamente en la zona de sombra. Sin embargo, cierta cantidad de luz solar llega a iluminarla, permitiendo su observación de alguna manera. Esa poca luz que alcanza la superficie selenita, resulta ser en su mayor parte de color rojo. ¿Y por qué? Esto se debe al efecto que produce la atmósfera terrestre sobre la luz solar. Camino a la Luna, los rayos solares atraviesan el aire de nuestro planeta, el cual se transforma en una especie de lente. ¿De qué manera? En primer lugar debemos recordar que la luz solar está compuesta por distintos colores (los mismos que observamos en un arco iris). Luego, la atmósfera afecta a esos rayos de dos maneras. Por un lado desvía (refracta) esos rayos de acuerdo al color de los mismos. En otras palabras podríamos expresar que los "rayos azules" son desviados más bruscamente que los rojos. Pero además, la atmósfera dispersa mucho más la luz azul que la roja (motivo por el cual el cielo tiene un color celeste), es decir, el aire filtra los rayos azules y deja pasar camino a la Luna básicamente a la luz roja. ¿Resultado final? La Luna es alcanzada preferencialmente por los rayos rojos. De ahí el color que presenta un eclipse total de Luna. Este fenómeno que acabamos de describir es el que ocurrirá este 31 de enero. Quienes podrán observarlo serán aquellos ubicados en todo el hemisferio terrestre que se encuentre en la zona nocturna, y esto será para aquellos ubicados la zona de China, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Hawai y Alaska. Desde el resto del continente americano no podremos observar este eclipse lunar.

    Ahora bien, si para que se produzca un eclipse total de Luna es necesario que la Tierra se encuentre entre ella y el Sol, ¿por qué no tenemos un eclipse lunar todos los meses? Resulta que el plano en el cual la Luna gira alrededor de la Tierra (el plano orbital lunar) no coincide con el de la Tierra alrededor del Sol (el plano ecliptical, o eclíptica). La diferencia entre ambos planos es de aproximadamente 5 grados. La única manera en la que podremos tener un eclipse lunar, será cuando no solo tengamos la alineación Sol-Tierra-Luna, sino que además necesitaremos que esta última se encuentre exactamente pasando por la eclíptica (nodo ascendente). En cualquier otro caso, la sombra terrestre no afectará a la Luna. En caso que ésta se encuentre en el nodo descendente, es decir, entre el Sol y la Tierra, tendremos unos de los espectáculos mas extraordinarios y bellos que pueden observarse en la naturaleza: un eclipse solar.

    Vayamos ahora en busca de la respuesta al fenómeno de “SuperLuna”. La órbita lunar no tiene forma de circunferencia sino de elipse, con la Tierra ubicada en lo que se denomina uno de sus focos (“focos de la elipse”). Como resultado de ello, la Luna se encuentra a diferentes distancias de la Tierra. Una vez al mes pasa por la zona del perigeo (la distancia más corta a la Tierra) y análogamente, por el apogeo (la más extensa). En ciertas ocasiones ocurre que la Luna pasa por el perigeo cuando se encuentra en fase de Luna llena. Esto hace que pueda observarse hasta un 7% más grande que una Luna llena "ordinaria" y un 14% respecto del tamaño aparente que presente cuando se encuentra en su apogeo. En la noche del próximo 31 de enero, nuestro satélite natural estará en fase llena y en el perigeo. Pero además, se encontrará exactamente en el "famoso" nodo ascendente. En definitiva, ocurrirán tres acontecimientos: 1) una Luna llena, 2) una Luna en el perigeo, y 3) una Luna en el nodo ascendente, resultando en un eclipse total de SuperLuna, o lo que algunos denominan una “SuperLuna roja”.

    Restaría entonces responder a lo de “azul”. No se trata del color que presentará la Luna sino más bien de un tecnicismo para identificar a la segunda luna en fase llena que puede presentarse en un mismo mes calendario. El pasado 1 de enero, durante el primer día del año, tuvimos una luna en fase llena. Este 31 de enero (es decir, durante el mismo mes calendario) volveremos a contar con una luna en esta fase. Y es por ello que a ésta se la denomina azul.

    Vale mencionar que si bien el hecho de contar con una SuperLuna implica que su tamaño será un 7% más grande lo normal, esto no significa que podremos observar una Luna que realmente nos impacte y asombre. Nuestros ojos prácticamente no notarán ningún cambio en tal sentido. Una manera de poder apreciar el tamaño de la Luna y asombrarnos con ello, es poder apreciarla al momento en que está saliendo por el horizonte. Es allí cuando nuestro cerebro, de manera absolutamente inconsciente, comparará su tamaño con objetos que puedan encontrarse en la línea de la visual (un edificio, un árbol, una montaña). Esta comparación nos producirá la sensación de tener una Luna más grande que la que podemos observar cuando ya está bien elevada en el cielo.

    Buenos cielos para todos, y a disfrutar una vez más de otro bello regalo de la naturaleza.