Kepler-452b: en busca de la exoTierra
2015 - Por Diego Bagú
Uno de los avances más extraordinarios de la astronomía en toda su rica historia, se ha producido justamente en las últimas décadas y se refiere al descubrimiento de planetas más allá de nuestro propio sistema solar. A principios del siglo XX, y a medida que comenzamos a tomar conciencia de la inmensidad del universo, nos dimos cuenta que deberían existir miles de millones de otros mundos en nuestra galaxia. Sin embargo, la tecnología existente no nos permitía encontrarlos. Ocurre que los planetas no tienen luz propia y podemos llegar a verlos sólo al reflejar la proveniente de la estrella a la cual orbitan. Por ende, al ser tan pequeños respecto de las estrellas, la luz de estas nos “encandila”, impidiendo la observación directa de sus pequeños compañeros.
Los últimos y más avanzados observatorios tanto terrestres como espaciales (satélites), junto a modernas técnicas de detección indirecta, permitieron comenzar a encontrar estos exoplanetas. Fue así que en 1992 apareció el primero de ellos. En realidad se tratan de 3 exoplanetas, los cuales orbitan el pulsar PSR B1257+12, ubicado a 980 años luz de la Tierra (¡más de 9310 billones de kilómetros!). Este hallazgo, junto a otros miles, confirmaron aquellas ideas de un cosmos repleto de planetas orbitando estrellas.
Un instrumento que permitió un avance colosal en la búsqueda de sistemas planetarios es el observatorio espacial Kepler (NASA), el cual ha permitido descubrir miles de planetas extrasolares. Hace tan sólo 24 horas, el equipo científico a cargo de esta misión, brindó una conferencia de prensa para presentar a Kepler-452b. La noticia se “viralizó”. ¿Cuál es la particularidad de este “nuevo mundo” a diferencia de otros ya detectados? Pues bien, parece ser que Kepler-452b sería una especie de primo-hermano de la Tierra. Con un tamaño un 60% más grande que ésta, Kepler-452b orbita una estrella (Kepler-452) muy similar al Sol. Es más, el período orbital de este planeta es de 384,84 días, o sea, un año en Kepler-452b es muy aproximado al terrestre.
Pero ahí no terminan las sorpresas. Quizás la novedad más preciada de este hallazgo es que este primo-hermano se encuentra en lo que denominamos la “zona habitable”, una franja (región) a determinada distancia de una estrella en donde la vida sería posible. Un mundo demasiado cercano a la estrella, haría inviable la existencia de agua en estado líquido (se evaporaría). Por otro lado, demasiado alejado del astro, se produciría el congelamiento de este vital elemento. Pero existe una región, la “zona habitable”, en donde el agua podría encontrarse en estado líquido, ingrediente esencial para la vida tal cual la conocemos aquí en la Tierra. Kepler-452b se encuentra en la denominada zona habitable que rodea a su estrella. El reunir todas estas características por parte de un exomundo, es lo que ha impactado en gran manera en estas últimas horas. Pero hay más, el equipo de Kepler ha informado que existen otros 11 candidatos similares a Kepler-452b.
La noticia sobre el hallazgo de Kepler-452b se produce en la misma semana en que Setephen Hawking junto a Yuri Milner se lanzan al más ambicioso proyecto que haya existido sobre la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Dos grandes faros en nuestra continua e incesante búsqueda de encontrar vida, más allá de nuestra atmósfera azul.