Eclipse anular Argentina
2017 - Por Diego Bagú
Se trata sin duda alguna de uno de los mayores espectáculos de la naturaleza. Los eclipses solares, en particular los totales y anulares, dejan sin aliento a cualquiera que tenga la fortuna de vivenciarlos. Ocurre que no es habitual contar con la posibilidad de observar la manera en que la Luna va cubriendo al astro rey provocando no solo una sustancial disminución en la cantidad de luz solar sino en particular sentir “en carne propia” (en función de ciertas condiciones climáticas) el cambio en la temperatura ambiente.
Un eclipse básicamente es el ocultamiento de un cuerpo debido a la interposición entre éste y nosotros de un segundo objeto. Si estamos conversando con María y entre ella y nosotros pasa Roberto, seguramente éste tapará en parte parcial o total a nuestra amiga. En ese caso diremos que Roberto ha eclipsado parcialmente o totalmente a María. Con los objetos celestes (los cuerpos que se encuentran en el espacio, “en el cielo”) ocurre exactamente lo mismo. En muchas ocasiones es la Luna quien oculta por momentos a determinada estrella. Por consiguiente, diremos que esa estrella ha sido eclipsada, ocultada, por la Luna. Los eclipses solares totales y anulares son de los más bellos espectáculos que pueden observarse en la naturaleza.
Con los eclipses solares sucede algo extraordinario. Si bien el Sol es mucho más grande que la Luna, no menos cierto es que se encuentra mucho más lejos que ésta respecto de nosotros (unos 150 millones de kilómetros versus 384.000km). Y aquí es donde cobra valor lo de extraordinario. Por esas casualidades de la naturaleza, la relación entre los tamaños de ambos cuerpos, es prácticamente igual a la de sus distancias a la Tierra. Esta increíble “coincidencia espacial” provoca que los tamaños aparentes (no los reales sino los que se perciben) tanto del solar como del lunar, ¡sean iguales!. En algunas ocasiones, la Luna pasa por delante del disco solar tapándolo solo parcialmente. Estamos entonces ante la presencia de un eclipse solar parcial. Pero en caso que el centro de la Luna pase exactamente por el del Sol, entonces ocurrirá lo que para muchos es el más maravilloso de los fenómenos naturales que puedan presenciarse. Como consecuencia de tener los mismos tamaños aparentes, la Luna tapará exactamente al Sol. No lo hará por demás, ni de menos, sino que ocupará por momentos (pocos minutos) exactamente el mismo lugar (aparente) del Sol. De esto se trata un eclipse solar total y permite, entre otras cosas, observar la corona solar, la capa más externa de la estrella la cual se proyecta por sobre su superficie.
Más allá de los eclipses solares parciales y totales, existen también los anulares. Resulta que tanto la órbita terrestre alrededor del Sol como la lunar alrededor de la Tierra, no son circunferencias sino elipses. Esto hace que a lo largo del año, nuestro planeta se encuentre a distintas distancias respecto del Sol, y análogamente, la Luna de la Tierra. Por consiguiente, el tamaño aparente que observamos de ambos astros cambia a lo largo del año. En un eclipse anular, lo que ocurre es que la Luna pasa exactamente por delante del Sol (como en el caso de uno total) pero encontrándose la Tierra en la posición más cercana al Sol (observándolo más grande de lo normal) y la Luna en la posición más alejada de la Tierra (observando a la Luna más pequeña de lo habitual). Todos estos factores hacen entonces que la Luna tape casi por completo al Sol dejando solo un borde (un ANILLO) de luz solar.
Los eclipses solares totales y anulares se deben a una increíble “coincidencia espacial”.
Por la geometría espacial que presentan la Tierra, la Luna y el Sol, los eclipses solares pueden observarse sólo en una zona (“franja” o “banda”) muy pequeña de la Tierra. En el caso del eclipse anular del próximo 26 de febrero, los que podrán observarlo sobre la superficie terrestre deberán encontrarse en la Patagonia tanto argentina como chilena, o en el sur de África (también se lo podrá hacer en el océano Pacífico y Atlántico). En nuestro país, la zona geográfica privilegiada se encuentra en el sur de la provincia de Chubut. Justamente hacia allí estará viajando el equipo del Área de Producción Audiovisual del Planetario Ciudad de La Plata para filmar todo el eclipse con vistas a registrarlo en nuestra nueva película El Camino Eterno, una producción fulldome que no solo retrata los hermosos cielos argentinos sino también los sitios astronómicos más importantes y, en particular, las personas que día a día desarrollan su vital tarea a fin de mantenerlos en condiciones para la investigación astronómica.
En la misma tenemos la luz solar iluminando a la Luna y a la Tierra. Por la geometría que presenta el conjunto, está claro que la Luna proyecta una sombra sobre la segunda. A causa de que ésta gira sobre su propio eje imaginario de rotación, esa sombra se va desplazando sobre la superficie terrestre describiendo una franja (la que mencionamos anteriormente). Toda aquella persona que se encuentre dentro de esa franja, podrá observar un eclipse solar total o anular, según sea el caso. Si se observa la figura con atención, se apreciará que existen dos situaciones bien diferenciadas. En la primera de ellas, la superior, el vértice del cono de sombre lunar no llega a tocar la superficie terrestre. En ese caso, las personas ubicadas sobre el pequeño círculo oscuro podrán disfrutar de un eclipse anular. A medida que la Tierra rote, ese círculo se irá desplazando. En el caso del eclipse del domingo 26, la primer zona en donde ese círculo de sombra incida en nuestro planeta será en el océano Pacífico, y como consecuencia de la rotación terrestre, pasará por el sur de Chile, toda la provincia de Chubut, el océano Atlántico y el sur del continente africano.
En la parte inferior de la figura lo que se presenta es la geometría para un eclipse total de Sol. En este caso, la Luna se encuentra más cercana a la Tierra respecto de la situación anterior. Aquí, el cono de sombra lunar incide sobre el planeta antes de alcanzar a “cerrarse” por completo. Análogamente, las personas que se encuentren en ese pequeño círculo de sombra lunar verán un eclipse solar total.
Si un eclipse solar ocurre debido a la sombra que proyecta la Luna sobre la Tierra, vale entonces preguntarse los motivos por los cuales no existe un eclipse solar todos los meses. La respuesta a esta pregunta reside en la geometría que presentan las órbitas lunar y terrestre. Los eclipses solares se producen cuando ocurren dos sucesos simultáneos: 1) la Luna se encuentra ubicada entre el Sol y la Tierra, de manera alineada respecto de ambos; 2) la Luna se encuentra pasando exactamente por el plano orbital terrestre (la eclíptica).
Supongamos contar con una mesa sobre la cual tenemos al Sol y a la Tierra. Esta última girará alrededor del Sol (lo orbitará) sobre la superficie de dicha mesa. Esa superficie representa el plano orbital terrestre alrededor del Sol, y en astronomía se la denomina Supongamos contar con una mesa sobre la cual tenemos al Sol y a la Tierra. Esta última girará alrededor del Sol (lo orbitará) sobre la superficie de dicha mesa. Esa superficie representa el plano orbital terrestre alrededor del Sol, y en astronomía se la denomina eclíptica. Introduzcamos ahora en nuestro modelo a la Luna. Si ésta girase alrededor de la Tierra en el mismo plano de la eclíptica (o sea, sobre la mesa) entonces todos los meses tendríamos un eclipse solar. Pero bien sabemos que ello no sucede. ¿Por qué? Sencillamente, porque la Luna no orbita a la Tierra sobre nuestra mesa sino que lo hace por arriba de la misma, y por debajo. En otras palabras, y para ser más precisos, el plano orbital lunar presenta una inclinación respecto del terrestre. Este ángulo es de unos 5°. Sólo en el caso en que la Luna se encuentra alineada con el Sol y la Tierra y esté pasando exactamente por la intersección de ambos planos (es decir, que la Luna se encuentre pasando exactamente por la superficie de nuestra mesa), será posible que ocurra un eclipse solar.
Debido al ángulo que presenta el plano orbital lunar respecto del terrestre, es que no ocurre un eclipse solar (y lunar) todos los meses.
IMPORTANTE - EL MAYOR DE LOS CUIDADOS. Es importantísimo tener en cuenta que NUNCA puede observarse el Sol a simple vista ya que puede provocar severos e irreversibles daños en la vista. Vale preguntarnos entonces las maneras seguras de poder disfrutar del eclipse. Existen tres opciones. Una de ellas es hacerlo a través de filtros como los que se emplean en soldadura. Los permitidos son aquellos de índice 12 o mayor. Con estos filtros, el Sol presenta un color verde. Una segunda opción es a través de una pantalla solar. Básicamente se trata de, una vez apuntado un telescopio al Sol con un filtro adecuado, y SIN UBICAR NUESTRO OJO EN EL OCULAR, colocar una simple hoja o superficie blanca para que la luz capturada por el telescopio se proyecte sobre esa pantalla. Una tercera opción, LA RECOMENDADA POR NOSOTROS, es muy atractiva para construir en casa y se trata de utilizar una cámara oscura. Consta de un simple tubo opaco (de cartón o de PVC) al cual se lo tapa por un extremo con un papel aluminio, y al extremo restante con un papel tipo manteca. Realizándole un muy pequeño orificio al papel aluminio (con una aguja), apuntamos al Sol y tendremos una linda figura del mismo sobre el papel manteca. De esta manera no sólo estaremos cuidando nuestra salud sino que además varias personas podrán observar el eclipse al mismo tiempo. NUNCA observar el Sol con radiografías, negativos, CDs, u otros objetos que no sean los mencionados como seguros.
Deben extremarse los cuidados al observar un eclipse solar ya que puede provocar daños irreversibles en nuestra vista.