• Blue Origin y su “gigantesco salto”

    Blue Origin y su “gigantesco salto”

    Blue Origin y su “gigantesco salto”

    2016 - Por Diego Bagú 

    No es novedad hoy en día escuchar hablar del turismo espacial. Con varios miles de dólares en tu cuenta bancaria, podrías reservar tu ticket en alguna de las compañías que en la actualidad ofrecen la fantástica experiencia de realizar un vuelo suborbital. Estamos hablando de ser lanzados en algún tipo de cohete hasta alcanzar unos 100 kilómetros de altura, realizar un recorrido parabólico de unos 5 minutos de duración en el cual nos convertiríamos en algo así como astronautas, y luego descender a Tierra mediante una cápsula con paracaídas.

    El turismo espacial trata de un vuelo suborbital, lanzándonos en una cápsula mediante un cohete y viajando a lo largo de una trayectoria parabólica.

    Lo que acabamos de describir es muy similar a lo que fue el vuelo del primer astronauta norteamericano, Alan Shepard, quien el 5 de mayo de 1961 voló al espacio en su cápsula Freedom 7. La duración del vuelo fue de unos 15 minutos alcanzando una altura máxima de 187 km. Shepard no orbitó la Tierra (como sí lo había hecho Yuri Gagarin, el cosmonauta soviético y primer ser humano en el espacio, 22 días antes), sino que se trató de un vuelo suborbital.

    El vuelo del primer astronauta estadounidense, Alan Shepard, en su nave Freedom 7. La travesía duró unos 15 minutos, alcanzando una altura máxima de 187 km. El despegue se produjo desde Cabo Cañaveral (hoy Centro Espacial Kennedy) y descendió en el océano Atlántico a 352 km de la costa de Florida (5 de mayo de 1961).

    Hasta el momento, ninguno de estos viajes con turistas espaciales se ha realizado. Las compañías dedicadas a estos emprendimientos, se encuentran todas en procesos de desarrollo y experimentación. En particular, y sin descuidar desde ningún punto de vista la seguridad de los pasajeros, es necesario bajar los costos de tales viajes. En otras palabras, hacerlos accesibles a la mayor cantidad de personas posible.

    Gran parte del costo en el lanzamiento de cohetes radica en el hecho de la no reutilización de los mismos. O sea, “cohete lanzado, cohete perdido”. Vale mencionar que han existido casos en los cuales al menos parte de lo lanzado se recuperaba para su reutilización. Tal es el caso del Transbordador Espacial de EE.UU. Pero de todas maneras, siempre algo se perdía para siempre, por ejemplo, su tanque principal de combustible líquido.

    El Transbordador Espacial Atlantis, en su último vuelo al espacio antes de su retiro definitivo (julio de 2011). Esta nave, como así también sus gemelas (Columbia, Challenger, Discovery y Endeavour) utilizaban dos grandes boosters de combustible sólido (cohetes blancos) adosados a sendos costados del tanque principal de combustible líquido (naranja). Pasados los dos minutos del lanzamiento, los boosters se separaban del tanque principal y caían con paracaídas al océano Atlántico para su posterior recuperación y reutilización.

    Pero todo cambia, y el avance en ciencia y tecnología contínuamente da pruebas cabales de ello. La firma Blue Origin (EE.UU.), una compañía privada del sector espacial, acaba de hacer historia, reutilizando por primera vez y con éxito rotundo un cohete. Su navío New Shepard, fue lanzado por primera vez en un vuelo suborbital el 23 de noviembre pasado, logrando un descenso controlado y aterrizando “sano y salvo” en tierra. Tal acontecimiento fue histórico en el ambiente aeroespacial. Pero volvieron a dar un salto gigante. Ahora, el 22 de enero, dos meses después de su primer vuelo, New Shepard tuvo su segundo vuelo y descenso perfecto, logrando por primera vez en la historia, la reutilización de un cohete 100% con éxito.

    22 de enero de 2016. Por primera vez en la historia un cohete es 100% reutilizable, logrando un descenso perfecto. Se trata del New Shepard, de la firma Blue Origin.

    En este link podrás observar este segundo e histórico vuelo del New Shepard:

    https://www.blueorigin.com/#youtube74tyedGkoUc

    Sin duda alguna, el segundo vuelo del New Shepard abre una ventana a los grandes sueños por parte del ser humano de acceder al espacio de manera cada vez más eficiente y a más personas.